A veces se forma una especie de herida, a modo de costra en nuestras manos, que más allá de ser poco estética, resulta muy molesta. Se trata de un eczema, que es de lo que vamos a hablar hoy, de las causas por las que se forman y del mejor tratamiento contra ellos.

No es que supongan un riesgo de algún tipo, pero sí pueden disminuir nuestra calidad de vida al generar tantos picores que el día a día se vuelve un incordio. Además, si entramos en un ciclo de rascado, acabaremos por hacernos heridas, que solo agravarán el problema.

Pero antes de repasar las soluciones contra esta afección tenemos que descubrir por qué se produce en primer lugar. Solo así lograremos actuar con eficacia contra estas inflamaciones y evitar que vuelvan a producirse.

Los motivos por los que salen eczemas

Los eczemas son una especie de heridas que se producen cuando la dermis reacciona ante ciertas agresiones o alteraciones, que normalmente están causadas por la sequedad. Al perder nutrición, la piel se agrieta, se irrita, descama y adopta un tono rojizo.

Algunas veces incluso, si cedemos a los picores y nos rascamos, la zona puede llegar a sangrar, por lo que debemos tomar medidas cuanto antes para que el problema no vaya a más, ya que entonces será más difícil de tratar.

¿Por qué aparecen y qué tipos hay?

Los motivos por los que pueden aparecer son diversos, ya que hay varios factores que influyen. Desde la genética hasta problemas de alergia, pasando por alteraciones en la barrera cutánea, el contacto con sustancias irritantes o, incluso, ciertas intolerancias alimentarias.

En general, podemos dividir todas estas causas en dos grupos fundamentales: los desencadenantes externos y los problemas en la estructura cutánea.

Respecto a las clases de eczemas, dependen de cómo vayan evolucionando y del tipo de lesiones que generen, aunque sus nombres técnicos (como asteatósico, seborreico o varicoso) no necesitamos saberlos para descubrir cómo tratarlos.

¿Cuáles son los primeros síntomas?

Independientemente del tipo que sean, los síntomas son siempre similares. Los más característicos son las grietas que se forman en la zona, que dan paso a unas placas rojizas, que acaban por picar.

La dermis presenta un aspecto descamado, que hace que luzca mucho más vieja de lo que en realidad es, y pueden llegar a salir ampollas de pequeño tamaño.

Pero, antes de todo esto, lo primero que podemos apreciar es cierta rugosidad en ese área, fruto de la sequedad.

¿Existen factores que los desencadenan?

Aunque hay multitud de elementos relacionados con la aparición de eczemas, ciertos factores suelen ser más habituales, por lo que tenemos que prestarles especial atención.

Uno de ellos son las temperaturas extremas, ya sean aquellos ambientes muy fríos (que secan el área y hacen que se agriete) o muy cálidos (que generan una sudoración excesiva que también es muy negativa).

Otros factores externos con los que hay que tener cuidado son el humo (de tabaco o del tráfico), la contaminación en general, el polvo y el polen, por lo que hay que cuidar mucho la limpieza de nuestra casa y barrer y ventilar a diario.

Del mismo modo, los cambios bruscos en las mismas no son beneficiosos, así como una exposición prolongada al sol. En esa línea, evita también las sustancias nocivas o irritantes que se encuentran en productos de higiene o limpieza.

Por último, otro elemento que influye es nuestro nivel de ansiedad. Por eso mismo, si nos agobiamos con los eczemas, estos empeoran.

¿Qué los hace tan frecuentes en las manos?

Aunque los eczemas se pueden dar en cualquier parte del cuerpo, es en las manos donde son más frecuentes. Esto se debe por un lado a que la dermis de esa zona es la más fina y delicada y, por otro, a que está continuamente expuesta a los factores externos.

Asimismo, también influye que sean una parte que usemos practicante para todo (de forma que se desgastan más) y que en estos meses de pandemia hayamos aumentado la higiene en esa zona.

Las soluciones para paliar el problema

Ahora que tenemos más claros los motivos por los que salen los eczemas, podemos entender mejor cómo podemos evitar su aparición y calmar las molestias que generan. Para conseguirlo es importante dar con los productos adecuados, por lo que presta mucha atención.

Aprende cómo prevenir

La mejor manera de paliar los eczemas es evitar que salgan en primer lugar. Para ello, debes vigilar tu entorno y tu rutina a la vez que tomas una serie de sencillas precauciones, que te ayudarán a mantener la piel más sana.

Para empezar, no hay nada como una correcta hidratación para que el cuerpo esté en todo momento en perfecto estado, lo cual incluye la dermis. Por tanto, debes tener un termo con agua siempre a mano, para que no se te olvide que conviene beber en torno a dos litros a lo largo del día.

Luego, una dieta tan rica como variada pondrá el organismo a punto y hacer algo de deporte todas las semanas conseguirá mantener elástica tu dermis, de forma que no se rompa con tanta facilidad.

En relación a la higiene, utiliza siempre agua fría o templada cuando te laves la zona (pues reactiva la circulación), no te des duchas muy largas y emplea un jabón que no sea demasiado agresivo, ni cuente con sustancias perjudiciales o irritantes.

A la hora de limpiar, es mejor que utilices guantes, porque si entras en contacto con productos químicos como la lejía las consecuencias serán negativas y encima sentirás un gran dolor.

De la misma manera, si hace mucho frío en el exterior, abrígate las manos, aunque intenta que los guantes en esta ocasión sean de algodón ya que es un material que transpira bien.

En esa línea, evita en la medida de lo posible las temperaturas extremas. El motivo es que el calor provoca una sudoración excesiva y el frío reseca la dermis, mientras que los cambios bruscos son igualmente perjudiciales, porque la piel no tendrá tiempo de adaptarse.

En cuanto a las pautas dentro del propio hogar, lo ideal es que barras y ventiles a diario, mejor en horas en las que el polen esté más bajo. Además, evita alfombras, moquetas y ventiladores, pues se dedican a acumular y esparcir cualquier tipo de partícula.

También existen recomendaciones adecuadas para los eczemas cuyo origen es alérgico por contacto, como que evites estar cerca de aquello que lo genera. Lo mismo ocurre si el motivo es alguna intolerancia alimenticia.

En todos los casos, en cuanto notes picores, mi consejo es que limes bien tus uñas, para que no te hagas daño cuando te rasques, pero también que apliques alguno de los métodos que vamos a ver a continuación.

Utiliza productos especializados

Una vez el eczema ha hecho acto de aparición, los cosméticos profesionales serán los únicos capaces de proporcionarnos un alivio inmediato, pero esa es solo una de sus ventajas, ya que también previenen la aparición de nuevas heridas a la vez que cuidan y protegen la dermis.

Su eficacia reside en su capacidad de nutrir a fondo la piel, de forma que recupere su elasticidad natural y no se rompa o agriete tanto. Por eso, lo primero que debes fijarte es en que la fórmula contenga sustancias humectantes, como son el ácido hialurónico y la glicerina.

En su composición es donde encontraremos la clave de su eficacia. Si quieres un producto tan potente como seguro, prioriza los ingredientes naturales. Entre ellos conviene que haya antiinflamatorios, que suavizan la descamación, y vitaminas A y E.

Es igual de importante que no contenga alcoholes, parabenos, irritantes o un exceso de conservantes, pues además de fomentar el efecto combinado, son compuestos que pueden dañar tus manos.

Después de esto ya puedes valorar elementos como su fragancia o textura, cuya densidad puede ser un indicativo de su poder de nutrición, ya que en general aquellas más untuosas aportan una mayor hidratación, aunque a cambio tardan más en asimilarse por completo.

Otro factor a tener en cuenta es el packaging. No por lo bonito o feo que sea, sino por cómo conserva el producto. Si el bote es opaco y cuenta con un dispensador, mejor, pues quedará la crema protegida frente a los factores externos.

También te recomiendo que el envase tenga un tamaño reducido para que lo puedas llevar siempre encima. El motivo es que debido al uso constante de geles antisépticos y al frío, la piel se agrieta con facilidad, por lo que deberás aplicar el cosmético en cuanto notes molestias.

Para conseguir los mejores resultados la constancia será clave. Utiliza la crema que hayas elegido al menos dos veces al día, una al empezar la jornada y otra al terminarla, para que la hidratación aguante todo el día.

Pero no pierdas de vista que puedes volver a aplicarla tantas veces como hagan falta, pues no existe ningún peligro. Simplemente hazlo sobre la zona previamente limpia y a través de movimientos circulares y una ligera presión, para fomentar la absorción y reactivar la circulación.

Crea tus propios remedios caseros

Si te apetece experimentar o quieres un complemento a tu crema hidratante, aquí tienes algunas soluciones sencillas que te servirán para calmar las molestias y aumentar el nivel de hidratación.

Mi solución estrella consiste en pelar y machacar un aguacate maduro, echarle una cucharada de miel y dos de aceite esencial de almendras y mezclar bien, hasta conseguir una pasta homogénea que debes aplicar en las manos durante 15 minutos antes de retirar con abundante agua templada.

En caso de que quieras algo más sencillo, dar pequeños masajes con aceites esenciales o aplicar directamente el gel extraído de una hoja de aloe vera conseguirán reducir las molestias y fomentar la recuperación.

Después de este repaso espero que comprendas qué son y por qué surgen estas molestias en la dermis. De todas formas, en caso de que notes otros síntomas o estos sean persistentes, acude a un especialista.

Recuerda que para frenar las heridas y rojeces, el tratamiento más rápido y eficaz son las cremas hidratantes profesionales. Con ellas, independientemente de las causas que generan tu eczema, estarás en las mejores manos ¡y dejarás las tuyas bien protegidas!

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