Cómo hacer una buena crema de manos casera

Las manos necesitan cuidados constantes para evitar que se dañen por culpa de factores como el clima o la higiene excesiva, pero no siempre es fácil dar con los productos adecuados para ellas. ¿La solución? Aprender cómo hacer una crema de manos casera.

Entre sus múltiples ventajas se encuentra la posibilidad de elegir los ingredientes perfectos y combinarlos de la manera más adecuada a tus necesidades concretas en cada momento. Así no tendrás que romperte la cabeza… ni romper la hucha, porque el DIY es bastante económico.

No te agobies de antemano, porque vamos a ver remedios sencillos que no te llevarán mucho tiempo y que tampoco requieren grandes habilidades para realizarlos. Solo necesitarás un puñado de compuestos, unos minutos y ganas de probar algo nuevo.

¿Por qué hay que cuidar las manos?

En caso de que tengas alguna duda respecto a la importancia de mantener las manos sanas, vamos a comenzar por resumir los motivos por los que tienes que prestarle más atención.

Al igual que el rostro, se trata de un área muy delicada porque la piel es más fina y, por tanto, más sensible. Sin embargo, mientras que tendemos a darle muchas atenciones a la tez, no hacemos lo mismo con las manos. Y eso que deberíamos.

De entrada, porque son una de las pocas partes del cuerpo que están constantemente expuestas a los factores externos. Por eso, se deterioran con facilidad, lo cual genera la aparición de manchas consecuencia del sol directo o molestias como picores.

Esto último se debe a que la sequedad hace que la dermis se irrite. Encima, al rascarnos, la dañamos más todavía, hasta el punto de que puede llegar a sangrar. La consecuencia es que presentan un aspecto desmejorado, arrugado y muy envejecido, que resulta desagradable y poco estético.

¿Cuáles son los ingredientes que conviene usar?

Ahora que ya espero haberte convencido de la importancia de cuidar las manos tanto o más que el resto del cuerpo, vamos a ver por qué compuestos deberías apostar para conseguir mejores resultados en cada caso.

Como no podría ser de otra manera, todos ellos son de origen natural, ya que es lo mejor para el correcto mantenimiento cutáneo. Además, al elegir tú misma la formulación, podrás evitar abusar de los conservantes o incluir parabenos o sustancias irritantes.

En cuanto a los ingredientes adecuados, busca aquellos humectantes que nutren, protegen y reparan la zona. Uno de ellos es el aloe vera, por supuesto, que podrás aplicar directamente sobre las manos para conseguir grandes resultados. Pero también puedes incluir:

Aceite de almendras dulces, que con su elevado contenido en ácidos grasos y en vitaminas A y E aporta una gran hidratación a la vez que suaviza. Como también es antiinflamatorio y reparador, es excelente para dermis sensibles o agrietadas.

Pero es que también trata el acné y repara los eczemas, por lo que te ayudará a recuperar aquellas áreas con granos, marcas o señales de cualquier tipo.

Aceite de aguacate. En caso de querer algo más denso y nutritivo, esta será tu mejor opción, porque su presencia de ácido graso palmitoleico y de vitaminas A, D y E acabarán rápido con la sequedad y te aportarán una buena protección, además de que te ayudarán a recuperar la elasticidad perdida.

Encima, aunque es un producto denso, no tarda demasiado en absorberse, aunque de todas formas no está recomendado para quienes sufren exceso de sebo.

Aceite esencial de lavanda, que destaca por sus capacidades antiinflamatorias, antioxidantes y regeneradoras, que ayudan a reducir la presencia de heridas y de la irritación, por lo que te ayudarán a paliar las molestias.

Manteca de karité. Dejando de lado los aceites está este compuesto tan cotizado en cosmética, debido a que logra regenerar e hidratar la piel.

Como consecuencia de ser rica en ácidos oleicos y esteáricos y en vitaminas A y E, es un emoliente con propiedades calmantes, cicatrizantes y antiinflamatorias, lo que lo convierte en apto para todo el mundo, en especial para manos muy dañadas.

Cera de abeja. Aunque no sea un elemento apto para veganos, su origen natural y sus beneficios emolientes y protectores me llevan a incluirlos en esta lista.

Son ideales para cuidar las manos con delicadeza y ayudarlas a mantenerse hidratadas, ya que forman una barrera protectora en torno a la dermis que impide que se seque.

¿Cómo puedes combinarlos para hacer cremas sencillas?

Por último, solo queda seleccionar un puñado de estos ingredientes para mezclarlos y obtener una buena crema con la que cuidarte, que luego tendrás que utilizar a diario.

Al menos debes aplicarla una vez por la mañana y otra por la noche, para mantener esa nutrición a lo largo de la jornada. Aunque lo ideal es que la uses siempre que notes sequedad y molestias, ya que no hay contraindicaciones asociadas a su uso.

Además, ten en cuenta que a todas estas fórmulas le puedes añadir unas gotitas de tu aceite esencial favorito para aportar un toque aromático que sea de tu gusto. También incluir gel de aloe vera, que la hará más densa en caso de que prefieras esta textura.

Crema hidratante de aceite de almendras

Para una buena nutrición apta para todo el mundo, que encima tenga un aroma suave y dulce, solo tienes que batir una taza de aceite de almendras dulces con cinco cucharadas pequeñas de vaselina líquida.

Este último compuesto lo habrás tenido que derretir previamente al baño maría. No pongas el fuego demasiado fuerte, ya que esto afectará a sus beneficios y podría dañar el producto, por lo que ten un poco de paciencia.

Crema regeneradora de cera de abejas y aguacate

En caso de que tengas heridas o molestias, será adecuado un cosmético más intenso, que cicatrice la zona y la deje bien protegida, para que no se reseque y llegue a picar.

Solo necesitarás dos cucharadas de cera de abeja y otras tres de aceite de aguacate, que tendrás que calentar al baño maría antes de mezclarlas bien. Cuando se hayan templado, agrega tres cucharadas de gel de aloe vera y bate con unas varillas otro rato, hasta que se combinen.

Crema humectante y antienvejecimiento de manteca de karité

Otra alternativa nutritiva y con un aroma muy dulce es esta alternativa, que cuidará a la perfección aquellas dermis más secas. Para obtenerla, calienta al baño maría una cucharada de manteca de karité con una de cera de abeja.

Además puedes añadir unas gotitas de aceite esencial y/o dos cucharadas de manteca de cacao, que le aportan un toque dulce y a su vez ayuda a combatir las señales del envejecimiento, iluminar el rostro y reducir la presencia de estrías.

Si te gusta lo empalagoso, también puedes incluir unas gotas de esencia de vainilla. Por último, deja que se enfríen y endurezcan dentro de un molde.

Crema relajante de lavanda

Para calmar las manos y dejarlas reparadas, combina dos cucharadas de cera de abeja con otras dos de aceite de almendras o, a ser posible, de coco. Caliéntalos como antes para que se fusionen bien.

Espera a que se enfríe y, cuando se encuentre a temperatura ambiente, añade 8 gotas de aceite esencial de lavanda. Puedes usarlo así, directamente sobre la piel, aunque quedará un poco densa. También puedes echarla en moldes de silicona, para que se solidifique.

Crema de manos refrescante

En caso de que te apetezca algo menos denso y más ligero, coge una olla y pon en ella cuatro cucharadas soperas de tu aceite esencial favorito y otras tres de el de jojoba. Para darle consistencia y que sea más humectantes, añade tres cucharadas de cera de abejas y, si quieres, una de manteca de cacao.

Remueve bien a fuego bajo y, cuando se fusionen, retira y bate unos minutos. A continuación, echa cinco gotas de aceite esencial de eucalipto y otras cinco de menta y bate un poco más. Una vez lo tengas, ya solo queda disfrutar de esta crema que resulta tan nutritiva como refrescante.

Consejos de conservación

Para cerrar quiero recordarte que, para mantener estos productos caseros en perfecto estado, debes guardarlos en envases opacos y en lugares frescos y secos, para que el sol no los deteriore. Además, apuesta mejor por el cristal que por los plásticos.

Por lo demás, ya has visto lo sencillo que es elaborar y conservar una crema de manos casera, de manera que ya solo tienes que ponerte manos a la obra y ver cómo tu piel se recupera en un tiempo récord.

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