Si tú también echas de menos los caprichos puntuales de ir a recibir un tratamiento estilo spa que te deje nueva, te traigo la clave para que descubras cómo hacer un exfoliante corporal casero que hará que te sientas igual que si estuvieras en las mejores manos.

Esta técnica se ha convertido en un imprescindible de mi rutina de cuidados, ya que consigue renovar la dermis por completo. Por supuesto, puedes apostar por la cosmética profesional, ya que hay también excelentes productos como éstos que te recomiendo aquí.

Pero de vez en cuando me gusta poder elegir los ingredientes que empleo, y adaptar mejor el producto a mis necesidades concretas, como hacen en los centros estéticos.

Encima, el resultado es más barato e igual de eficaz, por lo que, para que te animes a probarlo, vamos a repasar por qué este método es tan efectivo y a descubrir los compuestos ideales para que elabores tu propio exfoliante sin tener que abandonar la comodidad de tu hogar.

Todo lo que debes saber sobre los exfoliantes

Los exfoliantes son cosméticos capaces de limpiar la dermis porque retiran las células muertas, de manera que se oxigena toda la zona y ella misma se regenera. Pero veamos más a fondo cómo actúan.

Para ello debemos recordar que la capa externa de la piel, conocida como epidermis, tiene cinco capas a su vez. En la más externa es dónde se quedan aglutinadas la suciedad del día a día y las pielecitas muertas, mientras que en la más interna es donde se forman las células nuevas.

Es decir, que con la exfoliación les allanamos el camino para que salgan hacia el exterior al mismo tiempo que acabamos con las acumulaciones que dotan a nuestro cutis de un aspecto envejecido, grisáceo y áspero.

A su vez, se liberan los poros, se elimina la suciedad acumulada y se logra reducir los granos, las arrugas, las manchas y los hoyuelos de cualquier tipo, ya que la piel nueva nace con un aspecto uniforme, terso, sano y repleto de brillo.

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Por si fuera poco, se fomenta la proliferación celular, se estimula el sistema linfático y se consiguen eliminar toxinas con facilidad, al mismo tiempo que la exfoliación permite que tratamientos posteriores como la depilación se realicen con más facilidad.

Como resultado, conseguiremos que el cuerpo quede más sedoso al tacto y que los productos que utilicemos a continuación puedan penetrar más a fondo. De esta forma, actuarán con una eficacia mayor.

Gracias a todos estos beneficios se han convertido en cosméticos muy cotizados. Pero, aunque los reivindicamos más ahora, su origen se remonta hasta el antiguo Egipto, por lo que llevan años cuidando nuestra dermis.

 

Descubre cómo hacer un buen exfoliante desde casa

Ahora que ya hemos explicado qué son los exfoliantes, ha llegado la hora de ponernos manos a la obra y comenzar a realizar un producto casero. Para eso, es importante descubrir las propiedades de cada ingrediente y cómo utilizarlos.

¿Qué compuestos utilizar?

Como seguro que ya sabes, la formulación es lo que determina la eficacia final de un producto. En el caso de los exfoliantes ocurre lo mismo, por lo que vamos a ver cuáles son los ingredientes más interesantes y fáciles de encontrar con los que puedes contar en tu cosmético.

  • El café y el azúcar son los ingredientes más frecuentes porque con sus gránulos realizan una exfoliación muy eficaz, que elimina las impurezas por completo. A su vez, el café también consigue combatir la celulitis mediante la quema de grasas y el azúcar (sobre todo moreno) logra mantener la hidratación de la dermis.
  • La arcilla tiene muchos beneficios para el rostro. Por ejemplo, la verde es cicatrizante, depurativa y regeneradora, mientras que la gris es estupenda para contra el acné y la roja reduce los puntos negros. Por su parte, la rosa es perfecta para pieles sensibles.
  • La avena (ya sea molida o en harina) y el yogur son las alternativas más suaves, pero igualmente eficaces. Le aportan una textura más densa, limpian la dermis y, encima, el primero, calma las molestias y suaviza la inflamación.
  • La sal logra exfoliar con mucha profundidad, por lo cual resulta muy intenso, y el limón es un estupendo antioxidante con efectos astringentes. Por eso, aunque estos dos compuestos son muy beneficiosos, no son aptos para pieles sensibles.

Por supuesto, no puedes coger todos estos compuestos a la vez, tendrás que elegir, como veremos en el siguiente apartado. Lo mejor del DIY es que así evitas tanto los conservantes como los irritantes y parabenos, por lo que será un producto natural, eficaz y sin riesgos.

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¿Cómo combinarlos?

Por último, solo nos queda por ver cómo combinar estos ingredientes para conseguir un buen exfoliante. Recuerda que, además de lo que propongo, puedes crear tus propias mezclas y, a su vez, darle un toque aromático con el aceite esencial de tu preferencia.

Para pieles sensibles: exfoliante de avena y yogur

Si buscas una limpieza a fondo pero que no dañe tu cuerpo, bate un yogur natural con dos cucharadas soperas de avena y unas gotitas de aceite esencial (te recomiendo el de almendras para aportar nutrición y olor).

En tan solo quince minutos, te dejará la piel sedosa y, sobre todo, muy aliviada, por lo que es perfecta para paliar las molestias a corto plazo y los granos y las espinillas a medio.

Para combatir la grasa: exfoliante de arcilla verde

Con un poco de este ingrediente combinado con una infusión de manzanilla, que ayuda a descongestionar la zona, lograrás gracias a su alto contenido en minerales purificar la piel y aprovechar sus beneficios antibacterianos.

En esta ocasión tendrás que dejarla actuar un poco más, en torno a 20 minutos, y se formará una capa más gruesa que se secará bastante, pero no te asustes, porque eso es porque está haciendo efecto.

Contra la celulitis: exfoliante de café

exfoliante cafe

En caso de que te preocupe la piel de naranja, deberás acudir al café, pues si mezclas una tacita de este excelente estimulante con dos de miel y unas gotitas de limón, obtendrás una mezcla deliciosa que reducirá las marcas que se forman en la dermis.

Eso sí, debo advertirte que su textura es densa y algo pringosa, por lo que quizá tengas que ayudarte de alguna pala o pincel para extender la mezcla por tu cuerpo.

¿Quiénes pueden utilizarlos?

Al ser un método que modifica directamente el aspecto de la dermis, resulta algo abrasivo. Por eso, podríamos pensar que no es apto para todo el mundo. Sin embargo, siempre que escojas los ingredientes correctos y no abuses de su uso, es más que recomendado para cualquier tipo de piel.

El motivo es que consigue limpiar los poros y eliminar la grasa de aquellas dermis más sedosas, reduciendo el acné; disminuir el aspecto de las líneas de expresión en rostros envejecidos y combatir la celulitis en los cuerpos que la sufran.

Pero es que además quienes padecen dermatitis o problemas de sequedad también se verán beneficiados, pues al oxigenar la zona y permitir que el resto de cosméticos penetren mejor, nos ayudará a conseguir una nutrición perfecta.

¿Cada cuánto debes usarlo?

Para evitar consecuencias negativas es necesario que no te pases con los exfoliantes, ya que de lo contrario acabarás rompiendo la barrera de protección natural de la dermis, dejándola más expuesta a los factores externos y haciendo que se irrite.

Por tanto, la frecuencia correcta es de una vez a la semana en pieles normales, aunque puedes aumentar hasta dos o tres en aquellas zonas más grasas, sobre todo si no usas ingredientes demasiado abrasivos.

En cuanto a aquellas dermis con mayor sensibilidad, es importante que las dejes descansar entre un tratamiento y otro, para que se recuperen por completo. En estos casos, con que apliques el exfoliante una vez cada diez o quince días, será suficiente.

Además, no debes perder de vista que nunca debes echar el cosmético en áreas previamente dañadas, ya sea por eccemas, quemaduras o heridas de cualquier tipo. En esta línea, si en algún momento notas molestias como picores o rojeces, será mejor que pares y retires los restos con agua cuanto antes.

Con el objetivo de evitar este problema, lo mejor que puedes hacer es probar antes el producto elaborado en una pequeña zona, como la muñeca o detrás de la oreja. Si no te genera una reacción adversa, es porque será seguro proceder.

aplicar exfoliante casero

¿Cómo hay que aplicarlo?

El método de empleo es muy sencillo y apenas te llevará unos minutos más que el de cualquier crema tradicional. Encima, comparten muchos puntos en común.

Para empezar, porque debe realizarse solo sobre la piel previamente limpia y algo húmeda, ya que eso fomenta que los poros estén abiertos de antemano y que actúe con mayor eficacia. Así que, ya sabes, lo ideal es aprovechar el momento posterior a la ducha.

Después ayúdate de las manos para extender el exfoliante formando una capa uniforme. Como siempre, realiza movimientos circulares en todo el cuerpo, que sean ascendentes en las extremidades y que vayan del interior al exterior en el rostro.

Asimismo, ejerce una ligera presión para reactivar la circulación y conseguir que actúe con más fuerza. Una vez lo hayas hecho, deja que actúe unos diez o quince minutos antes de retirar el exfoliante con abundante agua fría, que es ideal para sellar los poros y mejorar el flujo sanguíneo.

Por último, aunque ya hayas terminado el tratamiento, para cerrarlo del todo es indispensable que utilices una buena crema o sérum hidratante que ayude a la piel a recuperarse y a obtener el nivel de nutrición que tanto necesita.

Si todavía te quedan dudas, en este artículo te explico su aplicación correcta más detalladamente.

Ya sabes, con estas opciones tienes tres buenas alternativas que se adaptarán a tus necesidades. Con esto y todo lo que hemos visto anteriormente, ya sabes cómo hacer un exfoliante corporal casero, por lo que ha llegado el momento de ponerse manos a la obra.

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